CORPUS CHRISTI
Jueves, 11 Junio 2020
Se trata de una de las fiestas más espectaculares de la ciudad, y que durante siglos fue considerada la fiesta grande de la misma. La primera procesión se celebró en València en 1355, y en la sociedad estamental tenía un especial valor pedagógico para narrar e inculcar el relato mítico cristiano, haciendo referencia tanto a pasajes del Antiguo Testamento como a personajes más liga dos a las tradiciones locales.
Con el tiempo la procesión general, así como la del Convit, se fueron enriqueciendo con todo tipo de símbolos, elementos y personajes, destacando las rocas, los entremeses o los misterios, y su valor artístico y ciudadano hicieron que en algunas ocasiones se organizará la procesión con motivo de visitas de personajes de la realeza a la ciudad. Con el paso del tiempo la fiesta entró en decadencia, a partir de la intensificación de los procesos de modernización y secularización de la sociedad. Solo a mediados de los años setenta del siglo XX aparecen las primeras tentativas de revitalización de las procesiones, especialmente de la mano de algunas personas especialmente celosas de las tradiciones populares o mediante la creación de asociaciones como la asociación Amics del Corpus, creada en 1977. La progresiva sensibilización ciudadana con el carácter patrimonial de la fiesta del Corpus hizo que en 2005 fuera declarada Bien de Interés Cultural por parte de la Generalitat Valenciana.
La fiesta se celebra rigurosamente 64 días después de Pascua. Dos días antes tiene lugar el traslado de las populares rocas, o carros triunfales, desde la Casa de les Roques hasta la plaza de la Virgen. Algunas rocas se remontan al siglo XVI, y encima de ellas se solían representar escenas religiosas, como entremeses y misterios. Por la noche la Banda Municipal de València ofrece un concierto en la plaza antes de entregar los premios a los mejores balcones y fachadas adornadas para la fiesta, mientras desde el Micalet el Gremi de Campaners pone el acompañamiento con toques especiales de campanas.
El domingo a mediodía tiene lugar la Cabalgata del Convite, encabezada por el “capellà de les Roques”, que incluye danzas folklóricas valencianas como el baile de la Moma y los misterios, que son grupos que interpretan escenas bíblicas, creando el mejor preludio de lo que será la procesión vespertina. También destacan las danzas infantiles de “pastorets”, “cavallets”, “arquets” y “llauradores”, entre otros. Llama especialmente la atención la comparsa de diablos conocida como la Degolla, que rememora muy desenvueltamente la matanza de inocentes ordenada por el rey Herodes, poniendo el punto más carnavalesco del cortejo.
A primera hora de la tarde pasan las rocas, y los caballos que las arrastran protagonizan la famosa “pujada del palau”, al final de su recorrido, junto al Palacio Arzobispal. El itinerario de la procesión general, que arranca pasada la media tarde, se caracteriza por un marcado adorno floral, con miles de pétalos cayendo desde los balcones al paso del Santísimo, mientras los coros entonan sus cantos. En el largo cortejo desfilan gremios, comunidades regulares, parroquias, cofrades y diversas entidades religiosas y seglares, además de los numerosos personajes y símbolos bíblicos y animales mitológicos, que rememoran la creencia de la salvación por la eucaristía. La procesión se cierra con el solemne paso de la custodia, a la que acompañan las principales autoridades civiles, militares y eclesiásticas, además del pueblo devoto.
Mención aparte merecen los festejos que se realizan en el Colegio Seminario del Corpus Christi, más conocido como Colegio del Patriarca, fundado por san Juan de Ribera como testimonio de su devoción al sacramento de la Eucaristía. En este escenario se organizan el día de la Octava del Corpus Christi unos exquisitos rituales religiosos que impresionan a cuantos los contemplan. Durante todo el año las rocas, gigantes, cabezudos y otros elementos de la procesión se pueden contemplar en el Museo del Corpus - Casa de las Rocas ubicado en el barrio del Carmen.